Vestíbulo del hotel Grand Emily y restaurante Terra

Declaraciones arquitectónicas valientes

El vestíbulo del hotel capta de inmediato la atención con una instalación a gran escala. El sicomoro colgante del atrio del hotel es la imagen icónica de todo el complejo.

El poderoso árbol se extiende a lo largo de cinco pisos. Su silueta orgánica crea un contraste con la geometría rítmica de las paredes, las líneas horizontales de los suelos, las verticales de las tablas del revestimiento de las paredes y las diagonales de las barandillas metálicas de las escaleras. Los huéspedes del hotel pueden tumbarse en un puf redondo de cuero situado en el vestíbulo y vivir la experiencia emocional única de contemplar el árbol desde debajo de sus raíces.

«Desechamos la idea de una enorme lámpara de araña en el atrio en favor de una instalación muy significativa. Un árbol significa conexión con las raíces y los valores familiares, crecimiento y desarrollo, una corteza fuerte y ramas flexibles. Conecta la Tierra y el espacio», afirma Volodymyr Nepiyvoda, de YOD Group.  

Materialidad del espacio

Los arquitectos eligieron colores pálidos naturales, materiales reales y superficies táctiles. Las paredes están revestidas con abeto térmico Drift de Thermory, en tonos perla negra y brandy ahumado.

La serie Drift se caracteriza por paneles murales con un aspecto suavemente desgastado que da la apariencia de madera recuperada sin comprometer la durabilidad.

«Nuestro objetivo era conseguir la ligereza visual y contar la historia de la brisa matinal que recorre la superficie del lago y peina los juncos. Este sentimiento lo creamos gracias a la estructura de las tablas que utilizamos para el revestimiento de las paredes del vestíbulo. Cada tabla se fija en una ranura móvil. Puede cambiar el patrón de la pared moviendo la primera tabla de la fila».

Flujo entre el interior y el exterior

Visitar el restaurante Terra es como hacer un recorrido por el oeste de Ucrania. A la derecha, se ven verdes colinas montañosas. Destellos de las lejanas hogueras de los pastores iluminan el lugar por la noche. A la izquierda, se contempla un apacible lago. La superficie de sus aguas se cubre de pequeñas olas cuando hace viento y en sus orillas se oye el susurro de los juncos.

«Todo eso lo reflejamos en el interior del restaurante Terra. Grandes extensiones, ricos colores, texturas y sabores, naturaleza generosa, pasión por la vida y alegría existencial. Representa la visión local ucraniana del concepto de los cuatro elementos».

La espaciosa terraza con liquidámbares americanos amplía el espacio del restaurante. El objetivo de los arquitectos fue crear un flujo fluido entre los espacios interiores y exteriores para que los huéspedes disfrutaran de la armonía y la paz interior.